La reconocida médica pediatra Ana Houdek advirtió sobre una situación cada vez más común en épocas de verano. Cada año se replican los casos de niños que sufren algún inconveniente ya sea por bañarse en lugares prohibidos como aquellos que no cuentan con el cuidado necesario de un mayor.
En charla con Radio Regional, la profesional remarcó que “en esta época que hace tanto calor, niños y adultos buscan refrescarse un poco. Y es bastante común que en esta época tengamos ahogamientos o asfixia por inmersión al sumergirse en piletas o en cauces no permitidos para el baño. Entonces, es muy importante que los adultos estemos atentos porque el tener una pileta en la casa tiene que seguir ciertas recomendaciones, como que tenga un cerco de aproximadamente un metro cuarenta de altura, que tenga una puerta que lo cierre con una traba del lado interno para evitar que el niño lo abra, porque ven juguetes que están en la pileta, pelotas o distintos elementos con los que juegan y quieren ir a buscarlos”
“Es muy importante que siempre haya un adulto supervisando, no dejar a los niños pequeños bajo el cuidado de un hermano mayor, sino un adulto que esté controlando, porque sabemos que en tres minutos un niño puede ahogarse si no sabe nadar y esto lleva a lesiones cerebrales que pueden dejar secuelas permanentes por la falta de oxígeno o a la muerte. Todos estos accidentes son prevenibles, es decir, que los podemos evitar”, detalló la entrevistada.
Sobre los lugares donde está prohibido bañarse, Houdek manifestó que “en el caso de los adolescentes o niños ya más grandes que se bañan en cauces que está prohibido, hay que respetarlo, porque por algo justamente lo dice, porque no tiene un fondo adecuado para pisar, porque el agua puede estar contaminada. Entonces, insistir mucho, hablar con los adolescentes, explicarles dónde se pueden bañar, dónde es apto, porque justamente las acequias, los cauces, las piletas de riego no son lugares adecuados para el baño”
“Es muy importante que las actividades de aprendizaje de natación las hagan desde edades tempranas, sobre todo saber flotar, saber nadar como perrito, tener la cabeza fuera del agua, esto es muy importante. Ya un niño desde los tres años y medio, cuatro, ya puede aprender a nadar solito. En el caso de que sea un niño menor que todavía no sabe nadar, siempre con los bracitos o con un salvavidas, además del adulto que lo está controlando”, cerró la pediatra.
¿Qué hacer en esos casos?
La doctora reparó también en los pasos que hay que seguir si nos encontramos con ese escenario: “En el caso de que veamos que el niño ha perdido conocimiento, de que no respira, sacarlo inmediatamente de la pileta, colocarlo boca arriba con la cabecita de costado, iniciar las maniobras de RCP, es decir, el masaje cardíaco y la respiración con una frecuencia de 15 masajes por dos respiraciones, cuando hay una sola persona que está controlando, y la cabecita siempre de costado para que salga el agua que haya tragado y evitemos que se bronco aspire. Esto se debe realizar durante varios minutos, llamar mientras a la emergencia.
“Sabemos que cuando el oxígeno no llega al cerebro, deja secuelas en las neuronas que no se vuelven a multiplicar y pueden quedar con daño de por vida, con afectación motora, sobre todo sensorial, que se podría haber evitado en unos minutos”, destacó.