El doctor José Luis Amorone, urólogo, profesor de la Universidad de Morón y consultor de la Sociedad Argentina de Urología, hizo un repaso para tener en cuenta sobre una enfermedad recurrente pero que cuenta con varios tratamientos si se controla a tiempo.
El profesional explicó que “la próstata es un órgano que tenemos todos los hombres, por debajo de la vejiga, que después de los 40 años de edad empieza a crecer. En algunos hombres ese crecimiento de la próstata se hace de forma anárquica y se transforma en cáncer de próstata”.
“El cáncer de próstata es el cáncer más frecuente en el hombre mayor de 60 años de edad, o sea, que es muy importante diagnosticarlo. Tiene un problema el cáncer de próstata, que la mayoría de los pacientes son asintomáticos, o sea, no tienen síntomas, no sienten nada. Por eso es muy importante, aunque uno no tenga ningún síntoma, ir al urólogo y controlarse después de los 50 años de edad”, remarcó a Radio Regional.
Amorone comentó también que “hay muchas pruebas que nos ayudan a sospechar que el cáncer de próstata ha avanzado mucho. Se hace habitualmente el tacto rectal, pero también hay un análisis de sangre, que se llama antígeno prostático específico, que nos hace sospechar la presencia de cáncer de próstata. Y a la brevedad van a seguir muchos estudios, incluso algunos con determinación en sangre y otros incluso en saliva. Los urólogos tenemos muchas herramientas para el diagnóstico y también muchas herramientas para tratar el cáncer de próstata”.
“La mayoría de los cáncer de próstata, cuando se desarrollan, aumentan el antígeno prostático específico, pero no todos, hay algunos que no elevan el antígeno prostático específico. Por eso yo estoy de acuerdo que en algunos pacientes es necesario hacerle también el tacto rectal, porque puede tener cáncer de próstata con un PCA normal”, explicó.
Recomendaciones a tener en cuenta
-Antecedentes de un hermano, de un padre con cáncer de próstata.
-Chorro de orina sale más débil.
-Ganas de orinar por las noches.
-Necesidad de hacer mucha fuerza para iniciar la micción.
-Presencia de sangre cuando se eyacula o en la orina.
-Dolores óseos en las caderas o en la pelvis.
