Fue lo que manifestó el gobernador y que aseguró que antes de que termine su mandato, sea tratado en la Legislatura.
En el departamento de Malargüe se puso en marcha el Distrito Minero Malargüe Occidental que comenzó con 34 proyectos de exploración que fueron aprobados por ley, pero que hasta el momento no ha entrado en vigencia esta actividad económica. Alfredo Cornejo, gobernador de la provincia de Mendoza aseguró que quiere ser recordado como el mandatario que volvió a hacer minería.
Durante los últimos meses se han realizado audiencias para hablar sobre la minería a favor y en contra en Malargüe y el objetivo del gobernador de la provincia es impulsar la minería en Mendoza, porque según el mandatario «es el motor del progreso de Mendoza y que respeta el agua, el medio ambiente y a las próximas generaciones».
Según el testimonio del propio Cornejo en las últimas horas: «Quiero ser recordado como el gobernador que volvió a hacer minería en Mendoza. Estamos trabajando para que sea el motor de ingreso de la provincia y si bien hay exploraciones aprobadas por la Legislatura, no todas se están llevando a cabo». Siguiendo la misma línea, el gobernador aseguró que buscará que después de las elecciones legislativas sea tratado en la Legislatura y comience a implementarse.
En más de una ocasión, Cornejo ha mostrado su interés por impulsar la minería en la provincia, asegurando que no afectará ni al agua, ni al medio ambiente ni mucho menos a las próximas generaciones. Las declaraciones del gobernador no cayeron del todo bien en el sector productivo, quienes mostraron su disconformismo y enojo.
Algunos de los referentes del sector productivo de la zona Este dialogaron con nuestro medio y opinaron acerca de las declaraciones del gobernador sobre impulsar la minería: «Nos está tomando el pelo sinceramente, porque hace meses que venimos pidiendo por la Corresponsabilidad Gremial y no nos atiende en Casa de Gobierno o le tira la pelota al ministro Vargas Arizu que tampoco se hace cargo». Otro de los productores dijo: «Está llevando a que la vitivinicultura desaparezca por completo de Mendoza, dejando cientos de familia sin trabajo y sin su fuente de ingreso, y una actividad que es la verdadera impulsora de la economía regional».