En Terapia Intensiva fallecen el 80 % de las personas que son intubadas y la estadística señala que si superan la semana de internación la cifra sube al 90%.
Este dato se conoció hoy en San Martín tomando como referencia los establecimientos con UTI de la Región: de los vecinos de la Zona Este que llegan a estas unidades, fallecen el 80 % de las personas que son intubadas y la estadística también dice, que si los pacientes superan la semana de internación la cifra de fallecimientos sube al 90%.
Para llegar a ese valor, es preciso analizar la cifra de la cantidad de ingresos a UTI por semana epidemiológica y conocer qué porcentaje no falleció al día de hoy. El valor real puede ser menor porque puede no informarse correctamente que las personas hayan salido efectivamente de UTI al día de hoy y porque hay retraso con la carga de los fallecido.
Sabemos que quienes llegan a terapia intensiva con Covid-19 son, en su mayoría, pacientes que tienen comorbilidades que los ponen en condiciones de vulnerabilidad frente a este virus. También sabemos que la capacidad de las Unidades está al máximo en toda la Región y aumentar la cantidad de camas no depende sólo de los recursos económicos del estado, sino también de otros recursos que hoy se encuentran limitados o agotados.
Este límite de la posibilidad de aumentar camas en terapia intensiva, del que ya hemos hablado en Radio Regional FM 106.9 con la Dra. Isabel del Pópolo, es que la cantidad de intensivistas es muy baja, entonces puede figurar una cama con respirador pero si no hay personal, esa cama no está operativa.
La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva informó que el 56,3 por ciento de los internados por coronavirus en terapia intensiva en hospitales nacionales de todo el país son menores de 60 años, de acuerdo con los datos de ocupación de camas en ese sector.
La Organización Panamericana de la Salud en un análisis similar remarcó que este aumento de las internaciones de personas más jóvenes «está relacionado con una mayor exposición y ausencia de vacunación en estos grupos».
Los números son alarmantes, la tasa de letalidad supera el peor escenario pensado. Está claro entonces que las medidas y los controles del gobierno deben apuntar en este momento hacia los sectores de actividad de estas franjas etarias de los más vulnerables, que ahora son los más jóvenes.
Por redacción.
