El caso de la beba de un año en Formosa, que murió producto de una picadura de alacrán, puso en alerta a las autoridades nacionales vinculadas con este tipo de cuestiones.
Adolfo De Roodt referente del área de investigación y desarrollo de venenos en arácnidos y serpentarios del Instituto Malbrán, habló con este medio y advirtió sobre una situación habitual en esta época del año: “Los alacranes o escorpiones están en muchas ciudades, en muchas partes del país, desde hace muchísimas décadas. Si bien hace pocos años comenzaron a verse accidentes y algunas muertes por picadura de alacrán, son animales con los que convivimos, aunque ustedes no se den cuenta, desde hace muchísimo tiempo”
“Tenemos más de 60 especies diferentes de alacranes, de esas solamente hay cuatro que sabemos que son potencialmente peligrosas. Pero los bichos en general están en espacios donde nosotros no estamos. El problema es cuando aparecen en un espacio habitado por humanos. Por eso muchos de los accidentes que se producen son en edificaciones viejas o en barrios muy viejos, donde hay construcciones con cámaras subterráneas, túneles, calderas, donde las paredes tienen oquedades o los pisos tienen cavidades abajo, donde los bichos pueden vivir tranquilamente, hacen toda su vida ahí y podemos vivir décadas sin enterarnos que hay”, explicó De Roodt sobre el escenario que se presenta en mucho lugares del país.
El profesional profundizó también sobre lo que pasa cuando aparece una picadura: “Algunos de estos bichos, no todos, poseen en sus venenos neurotoxinas que no están hechos para matar gente, las tienen para poder paralizar sus presas, lo que van a comer, pero que algunas de ellas se unen a estructuras de nuestro sistema nervioso y de otros tejidos y generan una serie de alteraciones que, en algunos casos, pueden llegar a conducir a la muerte. De ahí que lo más importante en estos casos es la prevención, aunque los más expuestos sean los chiquitos o estos grupos de personas es prevenir la picadura”
“Solamente el 10% de todas las picaduras por el cráneo requieren tratamiento, eso da una cierta tranquilidad, pero nosotros como no podemos prevenir eso, lo primero que hay que hacer es transportar rápido al niño o a la persona a algún centro de salud cercano, preferentemente un centro que tenga antivenenos por si hubiera que aplicarlo”, detalló el entrevistado, quien explicó también qué hay que hacer en el momento en el que se produce la picadura: “Se pone frío en la zona, el frío no es para disminuir el dolor, es para que el veneno se absorba un poco más lentamente”
“Es un veneno que se distribuye muy rápidamente y el antídoto tiene muy buen efecto si se da, idealmente, antes de la media hora de transcurrida la picadura, que eso no suele pasar, pero sí si se da antes de las dos horas, en tiempo y en forma, el resultado es muy bueno. Y bueno, obviamente hay un apoyo médico que se tiene que dar en el centro que se aplique el antiveneno”, subrayó el referente del Instituto Malbrán de Buenos Aires
Cifras que no deberían alarmar
De Roodt dio a conocer algunos números que reflejan la situación que se da en el país con la picadura de arañas, alacranes o serpientes: “Tenemos mucho más picados por alacrán que por araña o por serpientes. En los últimos años oscila entre 5.000 a 8.000 picados por año de alacrán, mientras que por serpientes tenemos unos 1.000 y por araña un poquitito más. Pero la mortalidad es mayor, proporcionalmente, con serpientes o arañas. Con alacranes es un poquitito más bajo, pero tenemos un número importante por la cantidad de picaduras. Estamos lejísimos de lo que pasa en otros países”
¿En qué lugares podemos encontrarlos y cómo prevenirlos?
El profesional repasó una lista de lugares en donde pueden aparecer este tipo de especies: “Ellos buscan lugares cálidos y húmedos y pueden mantenerse ahí un montón de tiempo. Si usted fumiga al bicho no le va a hacer nada porque no va a llegar donde está, le va a sacar la comida, y el animal si le llegó algo de producto puede estar atontado y puede salir a lugares donde normalmente no saldría”
“En sus casas o en los edificios tapen todas las rajaduras que tengan que ver con cámaras subterráneas, calderas, sótanos o donde hay paredes de estas anchas, viejas, que tienen espacios en el medio o pisos que dejan espacio entre el piso y donde nosotros caminamos. Tapar todas las rajaduras, poner en los desagües o rejillas de tipo sanitaria o si no alcanza para eso poner tela mosquitera, para evitar que los bichos vengan de las cañerías. Si quieren pueden usar algo de control químico, pero el control químico no para matarlos a ellos porque va a ser muy complicado eliminarlos con control químico, sino para disminuir la población de cucarachas y otro tipo de bichos que a ellos le sirven como alimento”, detalló el entrevistado.
El antídoto en nuestro país
Por último, De Roodt afirmó que en los diferentes centros médicos del país se trabaja con el antídoto para evitar consecuencias graves: “Nosotros afortunadamente en Argentina tenemos antídoto, el suero anticorpiónico, lo hace el Instituto Nacional de Producción de Biológicos, que depende de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Doctor Carlos Malbrán, y se manda a las provincias que lo requieren para distribuirlo en los hospitales”
“Lo importante es prevenir pero si tuviésemos la desgracia que hay un accidente, hielo y llevarlo rápido, es fundamental llevarlo en el momento para que sea atendido y ahí evalúen si hay que dar antiveneno o no. Se lo tienen en observación un tiempo y ya ven si fue una picadura leve, que en ese caso no se hace tratamiento, o si pasa a moderado, que ya tiene que ser tratamiento”, cerró el profesional.
