La ansiedad es como es un estado de una intranquilidad general o frente a alguna cuestión particular que nos impide vivir tranquilos y felices.
Se caracteriza por ansiedad y preocupación excesiva acerca de múltiples acontecimientos o actividades.
La ansiedad y la preocupación se asocian a una variedad de síntomas físicos y cognitivos. Estos síntomas suelen ser: tensión cervical, dolor de cabeza, inquietud, temblores, irritabilidad, insomnio, cansancio, sudoración, náuseas, aumento de la frecuencia de la micción o episodios de diarrea.
Las personas con ansiedad generalizada experimentan una ansiedad persistente y preocupación desproporcionada a la situación o acontecimiento real. puede presentar entre sus síntomas como palpitaciones, angustia o depresión. detrás de esto suelen haber emociones que no pueden ser gestionadas.
“Las personas con TAG tienen preocupaciones excesivas, persistentes e injustificadas ante los problemas del día a día.” señalo la psicóloga Beatriz Goldberg
La gravedad de la ansiedad generalizada puede variar entre severo y leve a lo largo del tiempo. Se considera severo cuando produce una importante limitación en el funcionamiento cotidiano; mientras que, los casos más leves son compatibles con el mantenimiento de un trabajo y autonomía para la interacción social. En cualquier caso, se recomienda no esperar a que sea demasiado grave para recibir tratamiento. Algunas personas pueden llegar a no ser capaces de realizar su trabajo y estar una temporada de baja laboral. Abordando el problema a tiempo se pueden evitar estos desenlaces negativos.
La psicoterapia es un tratamiento muy adecuado para el Trastorno de ansiedad generalizada. El tratamiento consiste en revisar los hábitos de vida para hacerlos más saludables, investigar sobre el origen de algunas preocupaciones principales y ofrecer técnicas de relajación. Los efectos se empiezan a notar al cabo de varias sesiones y puede persistir a largo plazo si se completa el tratamiento. En casos más graves o cuando coexisten otros problemas, como depresión, quizás sea conveniente valorar y plantear añadir un tratamiento farmacológico. Se recomienda que la psicoterapia la imparta un psiquiatra psicoterapeuta o un psicólogo clínico.