Las diferentes decisiones tomadas a nivel provincial y nacional deja al desnudo que la gente de la zona rural queda excluida del acceso a diferentes beneficios.
Debido al avance de la pandemia del COVID-19 la vida cotidiana tal y como la conocemos ha cambiado rotundamente. El virus nos ha cambiado como personas ya que compartimos más con nuestras familias, valoramos cosas que antes pasábamos por alto y aprendimos que con un simple acto podemos salvar vidas.
Pero en todo esto hay otro sector que debió cambiar y es el sistema por el cuál se maneja el Estado ya sea educativo, de salud, entre otros.
El primer sector que suspendió sus actividades fue el educativo donde por fuerzas mayores debieron suspender las clases hasta nuevo aviso para evitar el contagio entre los alumnos que concurren a tomar sus clases.
Ahí es donde el Gobierno tuvo que acceder a la tecnología para que los estudiantes aprendieran desde sus hogares, todo parecía desarrollarse con normalidad pero siempre puede haber una contra y acá se presentó en la exclusión ya que miles de alumnos que no tienen acceso a Internet no pueden seguir el programa de estudio desde sus casas.
Un estudio realizado este año arroja que 37 de cada 100 hogares tienen acceso a Internet, es decir que casi 200.000 personas disfrutan de este servicio. Por lo que el 11% de los mendocinos puede brindarles el acceso a los portales educativos a los niños pero hay que tener en cuenta que de ese porcentaje sólo algunos tienen hijos en edad escolar y el 89% restante no tiene acceso a Internet fijo.
Por otro lado está el uso de datos de celulares que podría ser otra herramienta pero en el país solo hay 136 celulares cada 100 personas, teniendo en cuenta que un solo habitante posee más de un móvil caemos en la cuenta de que muchas familias no tienen la oportunidad de acceder a uno.
Enfocándonos en las zonas rurales donde en algunos casos no llega ni la señal de celular podemos ver la exclusión de los niños ya que no tienen manera de realizar los trabajos, si bien desde la DGE acercarán los cuadernillos esto se torna difícil debido a las distancias y a la cuarentena que restringe las salidas.
Además la carga de trabajos para los niños es mucha teniendo en cuenta el contexto de encierro, la alfabetización de los padres, la educación alcanzada y el entendimiento de los progenitores con respecto a la tecnología.
Si bien la idea es que los alumnos vayan adquiriendo conocimientos hasta que se pueda volver a las aulas, está trayendo muchos dolores de cabeza tanto para el Estado como para los padres.
Otro sector que quedó vulnerable ante esta pandemia es el de los jubilados ya que son parte del grupo de riesgo. Los abuelos se vieron afectados primeramente por el cierre de bancos ya que muchos no saben utilizar las tarjetas de débito y otros ni siquiera cuentan con el plástico. Según los datos ofrecidos por el Titular de la Bancaria, Sergio Giménez, hay 35.000 adultos mayores que no están bancarizados.
A esto se le suma que no pueden acceder a las recetas ya que sus médicos de cabecera no están trabajando pero se les brindó una “brillante” solución, sacando una medida excepcional denominada receta digital. Los adultos mayores podrán adquirir sus recetas a través de whatsapp, mail, mensaje de texto y en caso que no tengan celulares se les podrá enviar a algún familiar directo, una vez en poder del afiliado este podrá ir a la farmacia a comprar sus medicamentos.
Acá caemos nuevamente en la cuenta de que el 90% de los jubilados no tienen celular, no entienden de tecnología y no sabe cómo hacer el trámite. Esta medida se está empleando mucho en el Gran Mendoza pero una vez más las zonas alejadas de la Capital no tienen la misma posibilidad de acceso.
En Mendoza 2 de cada 10 personas tiene teléfono fijo y en su mayoría son adultos mayores por lo que esto es lo más cerca que están de la tecnología.
De esta manera si bien las medidas tomadas podrían ser correctas se aplican con más éxito en las zonas urbanas pero desde el Estado deberían federalizarse más para poder ofrecer soluciones a todos los ciudadanos y que nadie quede excluido ante esta situación que nos afecta a todos de diferentes maneras.
Por redacción.