Así lo manifestó Nora, una vecina que reclama por una fábrica desde hace tiempo.
Los vecinos de la calle 9 de Julio y del barrio Los Almendros, de La Colonia, departamento de Junín, continúan con un reclamo desde hace tiempo. Los residentes denuncian contaminación ambiental y sonora como consecuencia de un aserradero que se encuentra en la zona.
En esta ocasión fue Nora quien volvió a reclamar y en diálogo con FM Radio Regional expresó “Hace 3 años le hacemos este reclamo al intendente y hace oídos sordos, es como hablar con la pared. Este viernes eran las 4 de la mañana y no se podía respirar porque se les había prendido fuego todo el desperdicio que dejan y no querían apagarlo. El humo entraba por todos lados, llamaron a los bomberos pero lo apagaron por encima y seguía largando humo”
Los vecinos además de lidiar con la contaminación ambiental y sonora que emiten desde el aserradero, denuncian que también tienen presencia de vinchucas.
“En la calle 9 de Julio, detrás del barrio Los Almendros, hay un aserradero y al lado han puesto las máquinas para ir pelando los troncos. Aparte de eso tenemos vinchucas, tenemos que tener todo el tiempo cerrado. He guardado dos vinchucas para mostrárselas al intendente cuando se le dé la gana de atendernos. Las últimas tres veces no nos quiso atender porque estaba muy ocupado” remarcó Nora.
Pese a los constantes reclamos en la municipalidad, no se les ha brindado una respuesta concreta. Los residentes del lugar deben mantener sus casas cerradas por los malos olores y la presencia de insectos.
“Son como 40 casas que estamos padeciendo esta situación. La fábrica está hace 3 años empezó en la pandemia y nosotros llevamos 34 años acá. Las maquinas trabajan de día y de noche, no trabajan todas juntas porque dicen que se les corta la luz” señaló la vecina.
Por último, la mujer hizo hincapié en los reclamos y cerró “Hablamos hasta con el delegado y nos dijo que ya lo iban a arreglar pero no pasa nada. Mandamos un mensaje a los de Medio Ambiente de Mendoza, pasaron el reclamo acá y han hecho oídos sordos. En el verano clausuraron una parte, porque hay dos entradas pero entraban por el otro lado y seguían trabajando”.
Los vecinos esperan ser escuchados para así poder contar con una solución inmediata a este problema que lleva cerca de 3 años sin resolverse.
Por redacción.