La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina elaboró un nuevo relevamiento para distinguir los distintos actores que influyen en el predio de cada producto alimenticio que se vende en el país.
Antonella Semadeni, economista de FADA, charló con Radio Regional y brindó más información sobre este informe: “FADA elabora este informe cada seis meses, en el que analiza cómo se conforman los precios de productos de la canasta básica, como la leche, la carne y el pan, y nos preguntamos qué comemos cuando comemos. Y en principio, detrás de un precio tenemos tres grandes componentes. Uno son los costos de producción, que tienen los distintos eslabones, desde la producción primaria, pasando por bienes intermedios hasta llegar al bien final. Luego, los impuestos, que recaen en todos estos actores que están involucrados en el proceso de producción, va a haber impuestos nacionales, provinciales y municipales. Y luego, el resultado de cada eslabón, que puede ser ganancia o pérdida, dependiendo el momento”
“En términos generales, el 60% del precio que paga un consumidor son costos de producción, el 15% son ganancias, sumadas de toda la cadena, y el 25% son impuestos. Es decir, uno de cada cuatro pesos que pagan los consumidores por carne, leche o pan, son impuestos. Por ejemplo, si compramos un kilo de carne nos estamos llevando 150 gramos, es decir, un cuarto en impuestos. Si compramos un sachet de leche de un litro, un vaso que me tomo son impuestos, y lo mismo ocurre en el caso del pan, de cuatro pancitos, uno que me como son impuestos”, remarcó la especialista.
“Otro punto a resaltar es que esta carga impositiva que tiene cada producto supera las ganancias de toda la cadena. Dicho de otro modo, el Estado funciona como un socio vago, que no cría al animal, no transporta, no vende, no asume riesgos, no invierte, no madruga, pero cobra el 25% de cada precio final, mientras que el tambero, el panadero, el frigorífico, el molinero, trabajan para llevar estos productos a la mesa y terminan recibiendo mucho menos. Y dentro de esto, el 70% son impuestos nacionales, luego tenemos lo que son ingresos brutos como impuesto provincial más importante, y luego, en menor medida, lo que son los impuestos municipales, que son las tasas a industrias y comercio”, apuntó Semadeni.
La proyección a futuro
La economista también recayó sobre la proyección que pueden hacer desde la fundación a corto y mediano plazo: “Esperamos que en el corto plazo se caigan las retenciones, disminuyan o haya una baja gradual, porque las retenciones no solo es algo que afecta al sector agropecuario, contrario a lo que la gente cree, sino que afecta a toda la Argentina”
“Desde FADA tenemos una estimación de que si se eliminarían las retenciones, habría un aumento a la producción de granos de más del 50%, y esto no sólo es producción de granos, de maíz, de soja, de trigo y el trabajo que genera, sino que es producción agroindustrial, dinamiza la estructura productiva argentina y generaría medio millón de puestos de trabajo que, para dimensionar, es la mitad de los desempleados en la Argentina”, cerró la entrevistada.
