Uno de los grandes problemas que enfrentamos es la falta de sensibilización sobre el uso correcto de las acequias. Muchas personas las utilizan como basurero, tirando plásticos, basura doméstica y otros desechos. Esto no solo obstruye el flujo del agua, sino que también atrae plagas, propaga enfermedades y arruina la calidad del suelo y cultivos.
Sobre este tema vecinos señalan:
- “Estoy arto de tener que limpiar la porquería de la gente que no tiene conciencia porque además de contaminar las acequias no se hace cargo de su propia mugre”
El problema empeora con las lluvias. Cuando llueve, el agua arrastra toda la basura acumulada, llevándola a zonas agrícolas, calles y sistemas de drenaje. Además, los desechos acumulados provocan que el agua no fluya bien lo que hace que las acequias se desborden y causen inundaciones.
En Mendoza se han llevado a cabo varias iniciativas para combatir este problema. Desde campañas de concientización hasta jornadas de limpieza organizadas por municipios y voluntarios. Sin embargo, los residuos siguen acumulándose, por lo que estas actividades tienen que repetirse constantemente.
El Departamento General de Irrigación y otras organizaciones han implementado medidas como limpiezas regulares y campañas educativas. En la zona este, la acumulación de residuos en los canales es enorme, lo que obliga a realizar trabajos de limpieza frecuentes. Pero esto no es suficiente si la comunidad no se compromete a cambiar. Además, se necesita mejorar la infraestructura de saneamiento y crear sistemas para tratar las aguas residuales, junto con la rehabilitación de acequias.
La educación es clave: se pueden organizar talleres, charlas, programas en escuelas y centros comunitarios para enseñar la importancia de no tirar basura en los canales y así utilizar adecuadamente los sistemas de recolección de residuos.
Con pequeños cambios, como no arrojar basura ni desechos en estos canales, podemos evitar problemas mayores y contribuir a un ambiente más limpio y saludable.
